DE LA INCERTIDUMBRE AL CONTROL EN LAS CARRERAS DE MONTAÑA
El rendimiento deportivo en las carreras de resistencia no es resultado exclusivo de lo que acontece diariamente en los entrenamientos. Modestamente, en mi opinión, para que os hagáis una idea de ello, y así trato de transmitirlo a mis entrenados, establezco una contribución de un 10% en el resultado final. Un 10%, imprescindible eso sí (si no entrenas no alcanzas tu mejor versión). En el otro 90% entran todos los demás aspectos que no son pocos y por ello hemos tratar de controlar al máximo. No es una cuestión de obsesión, diría que es una cuestión de responsabilidad. Aspectos nutricionales (cuando las pruebas se alargan más allá de la hora de duración), psicológicos/emocionales, análisis de nuestros compañeros de fatiga (que no rivales), descanso, estado de forma… van a ser clave para el resultado en una prueba deportiva. Y luego está todo lo que no podemos controlar. ¡Cómo para no atender entonces a aquello que es controlable y salir “a salto de mata”!
Las carreras de montaña representan un desafío a la hora de plantearse una estrategia de distribución rítmica para afrontar la carrera (disculparme el término, pero vengo de la pista y he de reconocer que soy adicto a este tipo de análisis). Si ya has participado en una carrera determinada tienes mucha información. Conoces el recorrido, sabes el tiempo que has tardado en correr determinados tramos, sabes donde te has visto mejor y donde te has visto peor… y todo esto son pistas que tienes para afrontar tanto en tu entrenamiento como el día de la propia competición.
Además, actualmente no es difícil rescatar como corren los mejores ¿Te has planteado lo que invierten los primeros clasificados de tu prueba objetivo en recorrer un determinado tramo? ¿Qué porcentaje representa eso respecto al tiempo total? ¿Cómo ha ido evolucionando su posición en carrera a lo largo de la competición? Y tú, ¿Cómo lo has hecho? Más pistas…
Me reitero, cada carrera de montaña es un mundo, cada una de ellas es particular, pero resolviendo estas preguntas conseguiremos reducir el grado de incertidumbre de esta modalidad que cada vez más adeptos tiene.
Todo esto requiere su tiempo, es una cuestión de responsabilidad (insisto). Y esa labor que, a menudo entiendo que realizan los entrenadores, hemos de trasladarla e inculcarla a nuestros deportistas. Para que ellos lo vean como algo significativo.
Aquí os dejo, a modo de ejemplo, un análisis pre y post del resultado de mis corredores en la última edición de la Volta al Terme de Alfondeguilla. Detrás de estos números hay un diálogo atleta-entrenador que no se ve pero que va sobre cómo afrontar la prueba y donde puedo mejorar el rendimiento con respecto a ediciones precedentes. Luego el deportista tiene que tener la suficiente inteligencia, con toda la dificultad que ello conlleva, como para llevarlo a cabo el día D a la hora H.
Espero que os haya resultado interesante la información.
Salud y km.